VIDA
Cuando el universo me pregunte de quien soy, le diré que suya. Infinita hacia dentro, infinita hacia fuera.
Nací con la premisa de que el tiempo es un incentivo inexistente, por eso no voy con prisas, y si esta explosión que soy, puede perpetuarse en el amor, no hay más que decir.
Clavare mis ojos en el escueto espectro y mirare la luz que trae mi amado en sus ojos como recompensa. En ese poder afable me ciño y me vuelvo corrupta.
¡Cuánto cuesta la emancipación del alma, universo mío!, yo sigo saldando guerras sin batallar conmigo.
Soy un animal de sangre fría, que, entre
muda y muda, se ha quedado muda.
Prefiero callar y observar, prefiero que la
vida me hable con su frenética elocuencia.
En serio no hay más que decir.
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